martes, 13 de octubre de 2009

América Latina Venezuela -vs- Colombia

Diana Mariel Bejarano Vásquez

En Venezuela…
Hugo Chávez, Interviene en la historia venezolana en el año 1992, cuando intenta llevar a cabo una rebelión militar como líder del MRB-200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario) contra el régimen de Carlos Andrés Pérez, intentando luchar contra el crecimiento desmedido de la pobreza, ola de privatizaciones que se presentaban en aquel gobierno popular “represivo”.
El presidente venezolano acuña el término “revolución bolivariana” para referirse al cambio político, económico y social que inició desde su toma del poder como presidente.
Según el presidente de la república bolivariana, la revolución implementada en el país está basada en el pensamiento de bolívar, tal como él lo afirmó a comienzos de su carrera por obtener el poder por medio de una revolución: “Lo que perseguíamos era eso, una revolución, una transformación política, social, económica y cultural inspirada en el planteamiento de Bolívar”
Chávez propone una visión geopolítica buscando la integración de América Latina, en donde incluye su planteamiento de igualdad y libertad.
De esta manera en la actualidad Hugo Chávez adapta algunos puntos de su planteamiento inicial en la política llevada a cabo durante su actual gobierno. Estos pueden apreciarse en la práctica de lo propuesto por el mandatario cuando se refiere a la Autonomía Nacional, Economía auto-sostenible, Distribución justa de los ingresos petroleros, Participación del pueblo mediante elecciones populares, referendos y otros medios de democracia participativa y Lucha contra la corrupción y la pobreza.
En Colombia…
Álvaro Uribe Vélez, galardonado como mejor senador, senador estrella y senador de mejores iniciativas durante sus dos periodos como gobernador de la república, es en la actualidad el reelegido Presidente de la República de Colombia con 7´363.421 votos, (el 62 por ciento de la votación).
Inició su vida pública y política a temprana edad, y durante su periodo como alcalde de Medellín (1982) aplicó su modelo de estado comunitario “cuya principal característica es la participación ciudadana en decisiones fundamentales del Estado como la generación de empleo, la educación, la transparencia en el manejo de los contratos públicos y la seguridad pública”.
El actual presidente ha centrado su programa de gobierno en la reducción de los espacios de acción guerrillera. Una característica fundamental de su administración ha sido la lucha contra los grupos irregulares y el narcotráfico, para lo cual implementa un programa de gobierno denominado “política de seguridad democrática”.
Mientras en Venezuela, el presidente Chávez busca alcanzar la igualdad y libertad por medio de una integración de América latina como lo propuesto en sus misiones bolivarianas, el presidente colombiano busca derrocar a las fuerzas insurgentes de nuestro país, dejando de lado cosas de relevancia social, como el incremento de la pobreza y la mala educación.
Uribe es criticado por la creación de dependencia de Colombia con E.U tras las fuertes alianzas estratégicas y el fomento de la economía de mercado, mientras Chávez practica en su gobierno una economía auto sostenible.
Chávez ha logrado consolidar en Venezuela una “autonomía nacional” mientras en Colombia -para finales de junio del 2009- se llega a tener una deuda externa de US$46.819 millones.
Hoy por hoy Venezuela se declara como "territorio libre de analfabetismo", implementando la creación de programas llamados “misiones” conocidas como misiones bolivarianas, en donde se enseña a leer y escribir a la población analfabeta venezolana. “en Colombia hay 3'546.893 (tres millones quinientos cuarenta y seis mil ochocientos noventa y tres) colombianos entre los 15 y 24 años que no saben leer ni escribir”.
Mientras en Venezuela, Chávez por medio de su lema “dar poder a los pobres” crea programas educativos buscando el bienestar del pueblo, en Colombia podemos presenciar casos como el de Ley Agro Ingreso Seguro, -discutida por estos días- que en vez de favorecer a los pobre, quienes se encuentran olvidados por estos días, enriquece e incrementa el poder de los que ya lo tienen.
Chávez es acusado de apoyar a grupos catalogados por la opinión pública como “terroristas” como lo son las FARC o ETA o desestabilizadores, como los sin tierra (Brasil), los cocaleros (Bolivia) o los piqueteros (Argentina), pero ninguna de estas acusaciones se ha podido probar. Del otro lado, Uribe es acusado sobre presuntos vínculos con el Cartel de Medellín y el Paramilitarismo en Colombia, lo cual ha negado incisivamente y tampoco se ha probado ninguna de estas acusaciones.
En Colombia…
Vivimos en un modelo político, social y económico, en el que como ciudadanos presenciamos atrocidades, injusticias y crímenes de lesa humanidad. Los pobres se mueren de hambre, indigentes mueren en una lucha diaria en donde el robo y el crimen resulta ser la salida más cercana cuando se busca sobrevivir en un sistema que excluye a quienes no pueden ascender a los privilegios que sólo tiene pocos.
En Venezuela…
En el transcurrir de su gobierno, Chávez se declara seguidor de la ideología socialista de Simón Bolívar. Asegura ser socialista y afirma que la revolución tiene que ser “antiimperialista” proponiendo un modelo de democracia participativa.
En Colombia cada vez más decaen los partidos opositores, la gente, el pueblo, termina aceptando sin refutación alguna lo impuesto por el gobierno; los medios influyen en que el genocidio de ayer se olvide por la gripe H1N1 del presidente, la desinformación y la falta de criterio en la población hacen que Uribe tenga el apoyo del 72% de la población colombiana de estratos 1 y 2 para ser reelegido en un tercer mandato, cuando se supone debería ser mínima; Mientras que en Venezuela se ha intentado derrocar el régimen de Hugo Chávez, (golpe de estado 2002).
Sectores de derecha ven en el bolivarianismo un camino encubierto hacia el comunismo, aunque según quienes aprueban las propuestas del mandatario dicen que “tan sólo se pretende aumentar la justicia social de un país rico en petróleo y con un importante sector de la población en la pobreza”.
Hay muchas cosas que me llevan a cavilar sobre hechos particulares que hay en común entre estos dos países. Tal vez mi postura ante el uno y el otro estén marcadas por preferencias en cuanto a la ideología o propuesta política que creo es la adecuada cuando se quiere buscar el bien común.
Tal vez vea el lado negativo del gobierno del país en el cual vivo y pueda decir por qué no estoy de acuerdo con él. Tal vez muchas cosas de las que retomo de fuentes oficiales y no oficiales no sean ciertas; tal vez me equivoque con el modelo socialista propuesto y llevado a la práctica por Chávez.
Desconozco mucho de la vida de los venezolanos, de las consecuencias que tiene para el pueblo dicho gobierno, y como sí me doy cuenta de las cosas que suceden en Colombia, ya sea porque las veo, las escucho, las vivo o soy testigo, es que no estoy de acuerdo con los aconteceres.
Porque creo estar vinculada al contexto de violencia e injusticia que vive nuestro país es que estoy convencida de que el modelo político y social que tenemos en éste momento no es el mejor, ni el adecuado para gobernar un país con la historia y las condiciones de Colombia.

EL MIEDO A CONOCERSE A SÍ MISMO

Por: Diana Mariel Bejarano

El gran problema de los hombres modernos es conocernos a nosotros mismos.
Hemos dejado que nuestro transcurrir por la tierra se llene de cosas prolijas. Hemos dejado que nuestros inventos llenen los días de cosas superfluas sin que estos nos lleven a algún lado.
Raro es que el hombre de hoy, conocedor de las ciencias, maestro de creaciones e innovaciones tecnológicas se quede taciturno ante la pregunta del quién se es.
¿Quién eres? Una pregunta que a muchos nos deja sin respiro.
Le tememos al saber quiénes somos sin lo que tenemos.
Le tememos al descubrir qué hay dentro de nosotros, qué hay en nuestra mente. y nos atormenta saber qué sentimientos nos acompañan en éste agitado correr del tiempo.
Cuando Platón dice: “Haz lo que debes y conócete a ti mismo”. ¿Acaso podemos decir que nos conocemos a nosotros mismos?
Creo que no es cosa que nos preocupe hoy, tal vez nunca nos lo hemos preguntado y en éste correr de días insospechados pero trémulos tal vez no lo hagamos.
Pasamos nuestros días llenando existencias insubstanciales. Creemos en verdades inciertas, ya no disfrutamos del sonido del río ni del caer de las hojas.
Ya no disfrutamos de escenas maravillosas como el vuelo de una mariposa tricolor, no reímos al ver saltar a niños entre rocas de ríos cristalinos bajo un sol radiante. Ni disfrutamos de la magia que representa sentarse a ver una tarde color naranja bajo árboles que dejan caer sus hojas al compás del ritmo del viento.
Ahora nuestros días corren frente a pantallas. Vivimos haciendo uso de los inventos tecnológicos que nosotros mismo construimos durante años, buscando que estos hagan todo por nosotros.
Ya no queremos pensar, sólo oponíamos sobre creaciones literarias con argumentos ajenos.
Y luego tendremos que compaginar el desarrollo de nuestra mente con el desarrollo de los aparatos o de lo contrario seremos colonizados por éstos.
No nos preocupamos por dejar de disfrutar plenamente de una mañana, pero trabajamos para que en un futuro todo lo hagan por nosotros, aparatos que actuarán y pensarán por nosotros. Hoy sólo pensamos en el mañana, sin darnos cuenta que somos esclavos de de la esperanza de gozar un futuro que tal vez no exista, o tal vez para ese entonces no existamos nosotros.
Ahora le huimos a la lluvia, odiamos las tardes vacías, poco disfrutamos del tiempo en que estamos solos, evadimos la soledad, buscando estar acompañados, -muchas veces- por personas que no aportan nada a nuestro crecimiento y todo por no querer toparnos con tiempos en donde podamos encontrarnos con nosotros mismos.
No queremos pensar en nosotros, seguramente es el miedo de encontrarnos tan vacios y faltos de espíritu, seguramente es el temor de conocer a los seres superficiales que hay en nosotros, los seres que hemos construido con ayuda de otros.
Nos negamos a aceptar lo poco originales que llegamos a ser, porque como dice Julio Cortázar: “tenemos un defecto: nos falta originalidad. Casi todo lo que decidimos hacer está inspirado –digamos francamente, copiado- de modelos célebres”.
En ocasiones creemos tener ideas novedosas, pero sólo somos seres anacrónicos.
Debemos buscar lo más importante, las ansias, el querer hacer, el querer cambiar y producir.
Debemos amarnos como seres, amar lo que somos, enamorarnos de nuestro espíritu, construir, reconstruir el alma, embellecer nuestros sentimientos, tener presentes los sueños y anhelos que algún día estuvieron presentes, recordar lo que se nos venía a la mente cuando pensábamos en el famoso “qué quiero ser cuando grande?”.
Alejarnos y dejar de lado las cosas vanas, pensar en si quiero escribir o seguir opinando sobre lo que ya está escrito. Tal vez sea necesario, -.de eso estoy segura- volver a disfrutar de las pequeñas cosas, de la brisa que nuestras mejillas, escuchar el vaivén que produce el viento en las copas de los árboles. Será rico volver a saltar de roca en roca avanzando entre aguas cristalinas. Perseguir la estrella amarilla en una tarde color naranja. Será rico discutir con los textos de grandes autores, identificarse con sus filosofías y sus teorías.
Y qué importa, Si en éste transcurrir de días agitados y contaminados, soy yo quien se quiere negar a lo que le depara el futuro. Soy yo quien no quiere vivir siendo esclava de esperanzas.
Ahora soy yo quien quiere disfrutar de las pequeñas cosas, sin dejar que mi mundo, mi pequeño mundo sea igual al de todos aquellos que esperan con ansias el futuro, “el fabuloso futuro”, en donde todo lo harán por nosotros.
Será rico pasar la vida entre buenos textos, aromas florales, tardes color naranja e infinidades de hojas en blanco por llenar… para llenar.

Resistencia frente al “Modelo América”

Diana Mariel Bejarano Vásquez

Otro mito sobre Norteamérica. En “el planeta americano” nos encontramos frente a un ensayo que intenta revelar de forma crítica los contenidos sociales y la forma de vida de los estadounidenses, pero ésta vez no se escribe de la potencia mundial para dar cuenta de los últimos sucesos y avances tecnológicos, ni de los multimillonarios o de sus taquilleras películas. Nos encontramos frente a un relato que nos lleva a cuestionarnos sobre las consecuencias y el empobrecimiento cultural que trae para cualquier sociedad la adaptación del modelo político, económico y cultural ejercido en Norteamérica.
Ésta obra, ganadora del 24º premio anagrama de ensayo en 1997, relata las percepciones obtenidas sobre el comportamiento, las actitudes y la forma de ver la vida de quienes conviven en el mayor sistema capitalista de los últimos siglos.
Sus creencias, sus miedos, el orgullo de ser americanos, el rechazo al intelectualismo, las tecnologías y su soberanía por el capital son algunos de los puntos fundamentales comprendidos por el escritor y periodista español Vicente Verdú, quién tras haber vivido y “consumido” durante tres años en Estados Unidos se aventuró a escribir sobre las experiencias obtenidas en la temible hegemonía económica.
Es un texto en donde el autor da una crítica de forma personal sobre aspectos y características que le disgustan de la vida en Norteamérica, da explicación de fondo sobre el problema que significa para Europa y otros contenientes la adaptación del modelo estadounidense que se propaga, se vende y se contagia en nuestros sistemas sin que nos percatemos de ello.
Se revelan las preocupaciones del autor - lo que él llama un empuje sentimental más que un deber moral- frente a las transformaciones y filtraciones que el sistema americano va teniendo en nuestros sistemas sociales.
El texto está sujeto permanentemente al punto de vista del autor, es un texto lleno de subjetividad, (Verdú no intentó escribir algo totalmente objetivo) en donde a partir de críticas sustentadas en su mayoría por estudios estadísticos hechos en Estados Unidos, el autor da a conocer hechos que son desconocidos para quienes ignoramos la vida cotidiana en Norteamérica, algunos de estos informes revelan los altos índices de violencia y criminalidad, otros muestran las altas cifras de asesinatos por año, embarazos en adolecentes e intentos de suicidio.
Podemos apreciar en el texto una crítica ligada a las costumbres de consumo excesivo, al consumo de marcas, de tecnologías, de ropa y comidas poco benéficas para la salud, por lo cual se revelan estudios en donde se muestran los altos índices de obesidad que sufre gran parte la población estadounidense. “El gusto por lo obsceno”, así es como el autor llama a la exagerada forma de ingerir alimentos en todo momento y en cualquier lugar o situación de los ciudadanos norteamericanos.
El ensayo cumple su objetivo, al dar cuenta del fenómeno Norteamericano incontrolable que intenta filtrarse en los demás sistemas mundiales. Europa, con el cual Verdú hace una comparación de orden social y político, que -por cierto- no se opone en su totalidad al sistema Norteaméricano, debido a la misma preocupación que el autor refleja en su texto, que es el contagio, adaptación y asimilación del modo de vida practicado por los estadounidenses.
Los fundamentos, criterios y argumentos del autor -aunque llenos de emoción- dan cuenta del problema que implica el dejar que tal sistema se impregne en nuestras sociedades, que cada vez se acercan y asimilan un poco más a la ideología y al modelo Estadounidense.
Al enfrentarnos a El planeta americano, nos encontramos frente a un texto de carácter crítico que sustenta y explica el porqué de cada una de las posturas del autor frente al problema que se atreve a estudiar. En síntesis y como trasfondo del texto Verdú llama a los europeos a la resistencia al “Modelo América”.

Pereira seducida por el jazz

Mariel Bejarano
Septiembre como mes del Jazz a nivel nacional trae consigo a los mejores intérpretes jazzísticos de Colombia y el mundo. Si bien Pereira no hace parte de los seis festivales de jazz que se realizan en el país, hay quienes apasionados por este género de ritmos y sonidos tristes, melancólicos y seductores se aventuraron a la realización del primer festival de Jazz en Pereira. Aunque en el municipio de Risaralda no hayan recibido apoyo por parte del gobierno ni del instituto de cultura, lograron tener una asistencia masiva en el primer día del evento.
El evento “Jazz Café Festival 2009” tiene como objetivo convertirse en el disfrute social y cultural de los ciudadanos con gustos por este género pero con pocas posibilidades de gozo del mismo.
El instituto de cultura y el concejo municipal de Pereira negaron las ofertas que tienen por leyes municipales a los organizadores del evento, quienes hicieron realizable el proyecto gracias a la colaboración de la Corporación Sudarte, entidad sin ánimo de lucro conformada por estudiantes de música, quienes buscan movilizar un proyecto colectivo con carácter sociocultural en donde se promueva en la ciudad el emprendimiento en el campo cultural a la producción de eventos artísticos.
Tal vez la falta de compromiso por parte del municipio con la formación de nuevos públicos, promoción y divulgación del talento musical local, nacional e internacional sean causa de la falta de divulgación del evento en la ciudad. Pues la calidad y cantidad de oferta y comunicación del festival de jazz no fueron la suficiente; muchos pereiranos manifiestan su inconformidad ante la falta de publicidad de eventos culturales como estos, en donde se busca promuever las nuevas propuestas musicales que se vienen desarrollando a nivel nacional e internacional.
Poca fue la publicidad elaborada para la oferta del evento que por estos días envuelve a la ciudad en sus ritmos seductores.
Se difundió información por medios de comunicación como radio, prensa, grupos on line y facebook, aún así mucha gente manifestó no haber tenido acceso a información del primer encuentro internacional de Jazz.
En el teatro Don Juan María Marulanda, el pasado martes 8 de septiembre se dio inicio al festival de Jazz con presentación de la Banda sinfónica de Pereira. Al evento asistieron más de 300 personas. Las puertas del teatro fueron cerradas a las 7:30 pm (hora en que daba inicio la presentación), más de 40 personas se quedaros fuera de las instalaciones del teatro escuchando disculpas por parte de uno de los organizadores al no permitírsele la entrada superior de espectadores a la capacidad del teatro.
Debemos entonces preguntarnos si en Pereira hace falta compromiso por parte de las entidades gubernamentales frente al desarrollo cultural, o tal vez el problema sea la calidad de oferta y comunicación, o sencillamente hacen falta espacios con mayor capacidad de espectadores.

EL DUELO

Mariel Bejarano Vásquez

El pasado domingo se llevaron a cabo las elecciones internas de algunos de los partidos políticos de nuestro país. Era la primera vez que ejercía mí voto como ciudadana. Participaría en la democracia, ejerciendo el voto de forma personal y teniendo en cuanta que tenía, como habitante de esta patria, el compromiso de participar en la elección de los posibles candidatos a las elecciones presidenciales 2010-2014.
Ejercí mi voto enfrentándome a las opiniones de algunos de los miembros de mi familia; aunque ellos conocían con anterioridad mi posición y preferencia ideológica con las que pienso debería regirse nuestro país, me explicaron en dónde debía marcar en el tarjetón. Seguramente jamás imaginaron que yo iba a reaccionar de la forma en que lo hice.
El duelo va de amarillo a rojo, de blanco al negro, de azul a rojo. Por personal debería ser íntimo, por democracia, tendría que ser libre, por derecho, obligatorio.
Un duelo en donde se busca razonar, analizar el pasado, el presente y lo que nos dejan para hacer en el futuro. Debemos preguntar por los cambios, mejorías, convendríamos criticar, hablar de lo que falta y de lo que no se hizo, recordar y reclamar lo que necesitamos por derecho.
Pero no. Será que estamos bien y no nos hace falta nada. O estamos cansados de lo mismo, o tal vez ya estemos acostumbrados a tantas injusticias, hambre, sangre, gritos, genocidios, guerras inútiles que nos hacen ser víctimas de crímenes atroces que jamás nos dejará olvidar que vivimos entre gente, grupos y partidos que dicen querer luchar por la seguridad y la paz del pueblo colombiano y mientras estos se eliminan los unos a los otros el pueblo se hunde en la desesperanza.
¿Será que está en las manos del pueblo alcanzar el cambio que todos anhelamos?
¿Será que por medio de un voto podremos alcanzar la paz que necesitamos?
No conozco la respuesta, y posiblemente es negativa, pero tal vez deberíamos intentarlo; después de tantas quejas, gritos, muertes, inconformismos, ríos de sangre, desplazamientos, hambrunas, injusticias, pobreza, crímenes de estado, después de tanta seguridad democrática y “triunfos militares” debería el pueblo fijar su mirada en otro horizonte.
Puede ser cierto que nadie ofrece ni hace lo que realmente necesita el pueblo, puede también ser cierto lo que le escuché a un ciudadano hace pocas semanas “no es posible algo mejor” pero si tenemos la posibilidad de lograr un cambio, sólo un cambio, desconociendo los posibles resultados, deberíamos intentarlo.
Pero tampoco. Seguramente queremos que la cosa siga como va, por el momento dejemos que nuestros gobernantes y militares sigan sintiéndose héroes asesinando, mutilando, pisoteando, amputando brazos, manos y piernas, mientras siguen arrojándolo todo a los ríos de sangre que cada vez se hacen más silenciosos.
Silenciosos como las víctimas de todas estas injusticias, el pueblo, que lleno de miedos no se atreve a impulsar y promover cambios, a opinar, ni a construir criterios con los cuales cambiar lo que nos agobia, lo que nos encadena a la criminalidad, violencia, abusos, drogas, narcotráfico y muertes.
Todos estos problemas sociales pueden ser la causa de los duelos personales a los que me enfrento contantemente, pues, tras confrontar y asimilar el mundo, la sociedad, el gobierno, nuestro país, mi familia, me doy cuenta que esto hace parte de las muchas cosas que afectan e influyen en la percepción que tengo del mundo que me rodea.
Es allí donde muchos terminamos encerrados en un duelo personal que nos acoge y nos llena de dudas y preocupaciones, en dónde nos preguntamos por el mañana, por el sistema, por la ideología, por la construcción de pensamiento, criterio e imaginario; que en últimas terminará siendo mí único refugio al querer escapar de tantas cosas que no me dejan ser.